- Venezuela Libre
- Posts
- 🔑 La "Doctrina Machado" una llave para la OEA
🔑 La "Doctrina Machado" una llave para la OEA
Esta semana: de la Doctrina Machado al silencio forzado de los periodistas
Los EE.UU. pusieron el dedo en la llaga al apuntar la inoperatividad de la OEA para enfrentar a las dictaduras del continente. ¿Para qué sirve la OEA? es una pregunta que nos hacemos con total justicia. Una posible respuesta la propone María Corina Machado con su “Doctrina Machado”, una brújula para recomponer la alianza hemisférica. En Caracas, la dictadura respondió ante esa propuesta como siempre: con represión y propaganda. Esta vez, movilizó a mujeres militares para acusar a Machado de traición a la patria, en una puesta en escena burda que no oculta su verdadero objetivo: silenciar la única voz que hoy articula una salida democrática real.
Mientras tanto, más de veinte periodistas siguen presos por ejercer su oficio. En medio del miedo, de la censura y del castigo, el periodismo venezolano resiste, al persistir en nombrar lo innombrable, con su desafío al silencio y el terr. Este boletín recoge esas dos luchas —la propuesta política y la resistencia informativa— que en realidad son una sola: la defensa de la verdad como principio irrenunciable.
🧭 La Doctrina Machado: una brújula democrática para las Américas
Una respuesta estratégica a la deriva de la OEA y al eje autoritario de Cuba, Nicaragua y Venezuela
En su intervención durante la Asamblea General de la OEA celebrada esta semana en Washington, el vicesecretario de Estado de EE.UU., Christopher Landau, lanzó una advertencia clara: la OEA está en riesgo de perder su razón de ser si continúa tolerando la presencia y el chantaje de dictaduras como las de Cuba, Nicaragua y Venezuela. “La organización está bajo revisión”, dijo, recordando que su legitimidad depende de su capacidad para defender la democracia, no de convivir con quienes la destruyen.
En este contexto, surge la Doctrina Machado, una propuesta estratégica que articula una respuesta desde los principios. Inspirada en la Doctrina Monroe, que llamó a proteger el hemisferio de influencias externas opresivas, y en la Doctrina Betancourt, que postuló la “no coexistencia con dictaduras”, la Doctrina Machado introduce un enfoque actualizado y ciudadano: un continente unido por la libertad, no por la conveniencia diplomática.
¿En qué se basa la Doctrina Machado?
Fundamento ético y político: parte de la convicción de que la libertad de los pueblos del continente está interconectada. La opresión en un país afecta la estabilidad y la democracia en los demás. Venezuela, Cuba y Nicaragua no son excepciones regionales: son epicentros de una amenaza hemisférica.
Inspiración histórica: recoge la tradición democrática latinoamericana desde Bolívar hasta Betancourt, reinterpretando sus ideas en clave contemporánea, con una agenda de defensa de derechos humanos, soberanía y alianzas democráticas.
Propuesta regional: busca articular una nueva coalición hemisférica que promueva sanciones selectivas contra regímenes autoritarios, fortalezca el cerco diplomático, apoye movimientos democráticos y canalice recursos hacia la reconstrucción de instituciones libres.
Amenazas que enfrenta: reconoce como principales riesgos actuales la alianza entre dictaduras y redes de crimen organizado, narcotráfico y terrorismo, con apoyo de potencias extrahemisféricas como Irán, Rusia y China.
Visión de futuro: una América Latina libre de autoritarismos, donde los ciudadanos sean los protagonistas del cambio. Como ha dicho María Corina: “Liberar a Venezuela es el primer paso. Luego, liberar a Cuba y Nicaragua. Por primera vez tendremos un continente de democracias resilientes”.
La OEA tiene que elegir: libertad o complicidad. La Doctrina Machado ya eligió.
🕯️ Día del Periodista: contar la verdad en dictadura es un acto de resistencia

El trágico saldo de ejercer el periodismo en dictadura
Este 27 de junio no se celebró el periodismo, se denunció su criminalización.
En lugar de homenajes, la fecha sirvió para alzar la voz por los que hoy escriben desde la cárcel, desde el exilio o desde el miedo. Según el más reciente informe del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), ya son 20 periodistas y trabajadores de medios encarcelados en Venezuela, y al menos 12 más enfrentan procesos penales bajo medidas cautelares. Todos perseguidos por cumplir con el deber de informar.
Algunos casos emblemáticos que estremecen:
Nakary Ramos, reportera de Impacto Venezuela, fue enviada a juicio por reportar el aumento de robos en Caracas.
Rory Branker, periodista de La Patilla, está en desaparición forzada desde febrero.
Carlos Marcano, periodista y profesor universitario, fue detenido en su casa sin orden judicial y trasladado sin rastro.
Otros, como Julio Balza, Gianni González y Carlos Julio Rojas, permanecen incomunicados o sin acceso a defensa.
Desde el fraude del 28 de julio del año pasado, la represión se ha intensificado. Las detenciones sin orden judicial, los cargos absurdos —como terrorismo o instigación al odio— y las audiencias arbitrarias forman parte de una razia contra toda voz crítica. En este contexto, el periodismo se ha convertido en la última trinchera ciudadana, un espacio donde la verdad aún se escribe a pesar del riesgo.
No es casual que esta fecha conmemore la aparición de El Correo del Orinoco, símbolo del periodismo como herramienta de emancipación. Andrés Bello decía que “decir la verdad es un acto de dignidad”. Hoy, en Venezuela, nombrar lo que ocurre es resistir al olvido, al miedo y a la impunidad.